Monición de Entrada
Decía el Papa Juan Pablo II en su
Mensaje a la Infancia Misionera (6 de enero de 2003): “Es muy sugestivo el Rosario Misionero: una decena, la blanca, es por
la vieja Europa, para que sea capaz de recuperar la fuerza evangelizadora que
ha engendrado tantas Iglesias; la decena amarilla es por Asia, que rebosa de
vida y de juventud; la decena verde es por África, probada por el sufrimiento,
pero disponible al anuncio; la decena roja es por América, promesa de nuevas fuerzas
misioneras; la decena azul es por el continente de Oceanía, que espera una
difusión más profunda del Evangelio”.
Para ayudar en el rezo del
Rosario Misionero proponemos la intención misionera por cada continente que ha
de preceder a cada decena y una oración a la Virgen con la que se puede
concluir el misterio.
Primer Misterio, África: "Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní"
Intención: Para que el continente africano viva el momento presente
como “un momento propicio, un día de salvación para África”, y para que la
Iglesia en África, llena de alegría y gratitud por la fe recibida, prosiga su
misión evangelizadora (cf. EAf 6).
Allí en Zimvawe, tenemos a
nuestro obispo Ángel Floro, natural de Ayna y sobre todo, Lorenzo Laguía, que esta en el Chad, MIES y único médico en una
extensión como Andalucía.
Oración final:
¡Bajo tu protección nos
refugiamos, Santa Madre de Dios!
¡Oh, Madre de los hombres y de
los pueblos!,
Tú que conoces todos sus
sufrimientos y sus esperanzas,
tú que sientes maternalmente las
luchas
Entre el bien y el mal,
Entre la luz y las tinieblas que
sacuden al mundo moderno,
escucha nuestro grito, que,
Movidos por el Espíritu Santo,
Dirigimos directamente a tu
corazón;
abraza, con amor de madre y
esclava del Señor,
a aquellos pueblos que más
esperan este abrazo,
junto con aquellos otros pueblos
cuya entrega confiada esperas de
una manera particular.
Acoge bajo tu protección materna
a toda esta familia humana
que con afectuosa entrega, Madre,
te confiamos.
Amén.
(Juan Pablo II)
Segundo Misterio, América: "Jesús azotado atado a la columna"
Intención: Para que la Iglesia en América viva el encuentro con
Jesucristo vivo como “camino para la conversión, la comunión y la solidaridad
en América” y para que el Espíritu Santo, don de Cristo en el misterio pascual,
la guíe hacia las metas pastorales que ha de alcanzar en el tercer milenio
cristiano (cf. EAm 3).
Allí se encuentran nuestros
misioneros: Quique (La Gineta), Julián (Balazote) y Alfonso (Alcalá del Júcar).
También está nuestra “Casa de Familia” en Ecuador.
Oración final:
¡Oh Virgen
Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde
este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu
amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala
ante tu
Hijo Jesús,
único Redentor nuestro.
Madre de
misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al
encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro
ser y todo nuestro amor.
Da la paz, la
justicia y la prosperidad a nuestros pueblos, ya que todo lo que tenemos y
somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser
totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a
Jesucristo en
su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de
las Américas.
Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Amén.
(Oración de Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe, Patrona de América)
Tercer misterio, Europa: "Jesús es coronado de espinas"
Intención: Para que la Iglesia en Europa recupere el vigor de la fe
que la llevó a evangelizar el mundo entero, y para que la acción misionera
dentro y fuera del continente sirva para reavivar la esperanza de sus Iglesias,
“afectadas a menudo por un oscurecimiento de la esperanza” (cf. EEu 7).
Rezamos por los sacerdotes y
seminaristas, especialmente los de Villarrobledo.
Oración final:
Oh Virgen santísima, Madre de
Dios,
Madre de Cristo, Madre de la
Iglesia,
Míranos clemente en esta hora.
Virgen fiel, ruega por nosotros.
Enséñanos a creer como has creído
tú.
Haz que nuestra fe en Dios, en
Cristo, en la Iglesia,
Sea siempre límpida, serena,
valiente, fuerte, generosa.
Madre digna de amor, Madre del
amor hermoso,
Ruega por nosotros.
Enséñanos a amar a Dios y a
nuestros hermanos
Como les amaste tú; haz que
nuestro amor a los demás
Sea siempre paciente, benigno,
respetuoso.
Causa de nuestra alegría, ruega
por nosotros.
Enséñanos a saber captar, en la
fe,
La paradoja de la alegría cristiana,
Que nace y florece en el dolor,
en la renuncia,
En la unión con tu Hijo
crucificado:
Haz que nuestra alegría sea
siempre auténtica y plena,
Para podérsela comunicar a todos.
(Juan Pablo II)
Cuarto misterio, Oceanía: "Jesús, con la cruz a cuestas, camino del Calvario"
Intención: Para que la Iglesia en Oceanía muestre a todos los
pueblos del continente a Jesús, Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6), y les invite
a encontrarle, a creer en Él y a proclamarlo Señor de todos, y para que ella
misma anuncie a todas las naciones la verdad revelada por Jesús y viva en
plenitud la existencia que Jesús le ha concedido (cf. EO 8).
De tantos misioneros que han
colonizado últimamente al padre Damián, Apóstol de los leprosos en Moloka.
Oración final:
Madre del Redentor, crucificado y
resucitado.
Madre que te has hecho nuestra
En el momento en que Cristo,
muriendo,
Cumplía el acto supremo de su
amor por los hombres.
¡Ayúdanos! ¡Ruega por nosotros!
Necesitamos vivir contigo
resucitados.
Debemos y queremos dejar todo
compromiso humillante con el pecado.
Debemos y queremos caminar
contigo siguiendo a Cristo.
Tu Hijo ha resucitado: ruega por
nosotros a tu Hijo.
Nosotros hemos resucitado con Él:
También nosotros queremos vivir
como resucitados.
¡Ruega por nosotros a Dios!
Líbranos del mal, de la guerra,
Del odio, de la hipocresía,
De la mutua incomprensión,
Del hedonismo, de la impureza,
Del egoísmo, de la dureza del
corazón. ¡Líbranos!
¡Ruega por nosotros a Dios!
¡Aleluya!
(Juan Pablo II)
Quinto misterio, Asia: "Crucifixión y muerte del Señor"
Intención: Para que la Iglesia en Asia tome profunda conciencia de
las complejas realidades de ese continente y responda a la voluntad de Dios
como la comunidad de discípulos de Jesucristo, en medio de las realidades
sociales, políticas, religiosas, culturales y económicas tan diversas del
inmenso continente asiático (cf. EAs 5).
Oración final:
Virgen María, Madre de Dios y
Madre nuestra,
Te rogamos nos guíes por los
caminos
Del amor, de la conversión y de
la paz.
Constatamos con preocupación
Las múltiples necesidades
materiales y espirituales
Que sufren las personas de muchos
países.
Ayúdanos a responder con
generosidad
A la llamada de tu Hijo
Para ser misioneros del Evangelio
Donde Dios aún no es conocido,
Transmitiendo con el testimonio y
la palabra
El mensaje de tu Hijo.
Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
(Mons. Francisco Pérez, Director Nacional de OMP, DOMUND 2003)