Desde la capital de España nos llega un precioso testimonio. No os lo perdáis!!!
Lorenzo
Laguía y yo hicimos juntos nuestra Entrada
en FIMES (Filial de los Misioneros de la Esperanza) el 19 de marzo de 1988 en la Ermita de la Soledad de Villarrobledo. Era
sábado, a eso de las cinco de la tarde… Por aquel entonces (según viene siendo
habitual todos los meses de marzo posteriores a 1973), Lorenzo tenía un año
menos que yo; o sea, catorce.
La
Celebración de la Eucaristía en dónde daba comienzo nuestra apasionante
aventura como Misioneros de la Esperanza estaba presidida por nuestro fundador,
el cura Diego Ernesto Wilson. Aquel día entramos en FIMES, en Villarrobledo, diecinueve
juveniles/jóvenes gracias al acompañamiento de los hermanos de Alcázar de San
Juan. De este grupo, aunque todos serán mucho más santos y mejores que nosotros,
ya sólo quedamos cuatro en MIES. Literalmente cuatro: Mi hermana Miriam, Juanjo
H. Fabuel, Lorenzo y yo.
Juanjo
y yo seguimos compartiendo la vocación, pero ya no estamos en nuestra comunidad
de origen, ya que actualmente él vive en Málaga y yo en Madrid. Como diría Lorenzo,
somos unos “tránsfugas”. Pero seguimos muy unidos a los hermanos de nuestro
pueblo y a la Comunidad de “La Caridad
de la Virgen”. Siguen allí Miriam y él… aunque ahora el doctor esté
físicamente algo más lejos de Villarrobledo.
Casi
un año antes, el penúltimo sábado de mayo de 1987, tuvimos en Villarrobledo nuestra
primera reunión FIMES. A esta reunión, junto a algunos hermanos de Alcázar siempre
con Antonio Quintanilla a la cabeza cuidándonos durante nuestros primeros años,
vinieron tres malagueños a presentarnos que era esta historia de los Misioneros
de la Esperanza: Esteban Ramos, Enrique Porras y Pedro Corredera.
En Agosto
de ese mismo año participamos por primera vez gente de Villarrobledo en un
UNIFIMES, que así se llamaban estos encuentros antes, en vez de Intermies
Juvenil como ahora. Fue en un colegio de Málaga, el “Sta. Rosa de Lima”, y el
lema para ese año era “Sembradores de Paz”. Y el 18 de Diciembre, también en el
87, participamos por primera vez de una Peregrinación a la Macarena, que antes
se hacía en esa fecha, en vez de celebrarse entorno al 12 de Octubre de cada
año. Los hermanos que iban hacia Sevilla desde Alicante nos recogieron en un
autobús pasando por Villarrobledo y Alcázar de San Juan. El viaje nos dejó
huella porque, entre otras cosas, en dicho autobús nos recibieron un par de
ángeles custodios muy simpáticos ellos… uno se llamaba Toñito y el otro Juanito
(el Susarte).
Biblia de la Comunidad |
El
caso es que los cuatro que estamos en MIES de Villarrobledo desde el principio,
junto a otras pocas “viejas glorias” que se añadirían poco tiempo después y que
continúan a día de hoy allí, hemos compartido camino en la fe desde muy
jovencitos. Estos otros hermanos son Amando Hergueta, Fernando Zapata, Cari
Sanz, Irene Montejano, y Juanito Mondejar. Todos juntos hemos orado y dialogado
sobre nuestras vidas, sobre nuestra fe y nuestra vocación con Lorenzo… día a
día, en miles de reuniones y celebraciones desde hace casi 25 años. Decenas de
campamentos, convivencias, encuentros, viajes, peregrinaciones, excursiones,
retiros y ejercicios espirituales compartidos con el doctor (actualmente) en El
Chad… Lo que sí es cierto es que un poquito de lo que somos hoy cada uno de nosotros,
es gracias a Lorenzo.