Tal es la historia de
los Mártires de Uganda. Otros muchos martirios hubo en aquella misma
persecución, de los que, como hemos dicho, no conservamos memoria
pormenorizada. Lo que ciertamente sabemos es que al poco tiempo cambiaba por
completo la situación. Los perseguidores morían con muertes miserables. Y, en
cambio, las multitudes acudían en masa a los misioneros solicitando el
bautismo. Hoy las tierras de Uganda se han transformado en una de las más
florecientes cristiandades. Establecida la jerarquía eclesiástica con un
arzobispado y seis diócesis sufragáneas, florece el clero indígena, y alguno de
los obispos puestos al frente de las diócesis es descendiente directo de los
Beatos Mártires. Los católicos de aquella región se cuentan por muchos millares
y ha vuelto a cumplirse la frase de Tertuliano. Como en los primeros tiempos
del cristianismo, la sangre de los mártires ha sido semilla de cristianos. Fueron
beatificados por SS benedicto XV en 1920 y canonizados por SS Pablo VI el 18 de
octubre de 1964.
Reiteramos las gracias a El Testigo Fiel (http://www.eltestigofiel.org)
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